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Leer en una hamaca

El Bullying y sus efectos en el desempeño escolar




La infancia como etapa representa en los seres humanos una única y esperanzadora oportunidad de formar seres con bases cognitivas, emocionales y afectivas fuertes, capaces de estar bien para ellos mismos, así como para compartirse y acompañarse de otros en la sociedad.

La socialización es necesaria para el desarrollo durante toda la vida, pero aún más para las infancias pues es a través de ella como se podrán apropiar de las normas necesarias para una convivencia sana.

El bullying o acoso escolar ha impactado negativamente esta convivencia pues lo que podrían parecer comentarios inocentes e incluso formas de interactuar entre pares se ha convertido en un fenómeno que cada vez cobra más víctimas y aunque las consecuencias podrían parecer poco visibles, es necesario señalar que el acoso escolar es un tema complejo que además de ser visibilizado tiene que ser tratado.

El bullying es una forma específica de violencia escolar, donde uno o varios agresores, con mayor poder y con la intencionalidad de causar dolor, acosan y someten reiteradamente al otro (Monelos et.al, 2015 citado en Lorenzo).

Se trata de un abuso sistemático que pone de manifiesto que el acosador carece de habilidades para solucionar conflictos de manera no violenta, lo cual se relaciona con una capacidad limitada para reconocer y manejar emociones.

Tanto si supone violencia física, psicológica o ambas, el acoso escolar tiene un impacto significativo de corto, mediano y largo plazo en la vida de los niños, niñas y adolescentes involucrados, ya sea como agresores, víctimas u observadores. (roles de cada uno).

Este tipo de violencia es relevante porque afecta negativamente a la víctima, disminuyendo su autoestima y confianza, lo que puede conllevar a que padezcan de frecuentes estados de ansiedad, depresión, autoagresión e incluso conducir al suicidio.

El manejo emocional es clave para la solución de los conflictos en el contexto escolar pues si las infancias están provistas de espacios que les brinden seguridad y sentido de pertenencia, así como expresión de las emociones, se estará contribuyendo a la validación del otro lo cual impactará en su desarrollo socioafectivo. (Bullying en el ambiente escolar, 2019)

El bullying afecta toda la comunidad educativa: ya que deteriora la convivencia. Tiene consecuencias negativas en el bienestar, el desarrollo y el ejercicio de los derechos de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes estudiantes. (Bullying en el ambiente escolar, 2019)

La escuela como espacio socioeducativo contribuye en el reforzamiento de las habilidades sociales, pero es en la familia donde se forjan las bases de la interacción social pues las infancias observan los comportamientos de sus cuidadores, reproduciéndolos y haciéndolos parte de su repertorio conductual, de modo que el trato recibido durante la infancia y adolescencia propiciará o no una buena adaptación social.

Es por ello por lo que la psicoeducación familiar constituye una herramienta que podría robustecer las estrategias implementadas en los espacios educativos formales y no formales. Dirigiendo los esfuerzos por erradicar el acoso escolar hacia las causas de las manifestaciones de este y no hacia el estigma y rechazo que se ha depositado sobre los agresores, lo cual muy posiblemente necesiten ayuda.

Es importante poner en práctica intervenciones socioeducativas que involucren a las familias tanto de los agresores como de las víctimas, pues también se observa que éstas últimas son agredidas al presentar indicadores de vulnerabilidad emocional por el poco o nulo énfasis que se le da a los límites en las relaciones interpersonales desde la infancia.

Lo anterior sólo es un acercamiento al bullying pues al tratarse de un fenómeno multicausal y con características específicas dentro de cada contexto, es necesario generar intervenciones también de carácter específico para que la efectividad aumente y la estancia de los niños en la escuela sea beneficiosa.

Recordemos que, aunque el bullying se manifiesta principalmente en la escuela en forma de violencia física, material, psicológica, verbal e incluso sexual también se traslada a espacios que se comparten fuera de las aulas como lo es la realidad virtual donde adopta el nombre de cyberbulliyng.

De manera que el acoso escolar en cualquier espacio que se presente se sitúa como un reto con alcances visibles y otros no tanto, donde si bien no se puede alejar a los infantes y adolescentes de dispositivos electrónicos, si valiese la pena retomar la comunicación asertiva, el acompañamiento, la validación emocional y el establecimiento de límites dentro de las familias como factores de protección ante la posible vulnerabilidad de convertirse en agresor o víctima.


BIBLIOGRAFÍA:

Lorenzo, C., & Becoña, E. (2022). Bullying y ciberbullying (1.a ed.). PIRÁMIDE.

Bullying en el ambiente escolar. (2019, 1 junio). UNICEF.

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