Por el día Mundial del Alzheimer es importante conocer un poco sobre esta enfermedad que ha tomado mucho interés en la actualidad por el cambio tan acelerado que se está dando en la pirámide poblacional acerca del incremento de personas mayores de 60 años y más que habrá en los próximos años.
Comúnmente el envejecimiento es sinónimo de enfermedad, y se asocia con deterioro, achaques, también es común que la edad nos agarre desprevenidos y que de repente nos demos cuenta de que ya no somos tan ágiles y activos como éramos antes y que de pronto veamos que nos llegaron los años encima.
Pero ¿Por qué parece que todos envejecemos de manera diferente? Hay personas de 60 o 70 años que parecen mucho más viejos y otros que se ven más jóvenes y muy activos.
Podríamos decir que se debe a la genética de cada uno, a los cuidados personales, estilos de vida, entorno ambiental y social, y también, a algunas enfermedades como el Alzheimer.
Es probable, que al escuchar hablar de Alzheimer lo asociemos con pérdida de la memoria, sin embargo, va más allá, ya que el simple hecho de que una persona tenga que realizar tareas tan sencillas como ir a las tortillas, puede convertirse en una actividad muy compleja y difícil, dado que esto implica realizar diferentes pasos como no olvidar el dinero, tomar las llaves, cerrar la puerta, recordar el camino de ida y vuelta, así como realizar una sencilla operación matemática puede convertirse en un problema, y esto no siempre se puede llevar a cabo, la verdad es que sufrir algún tipo de demencia altera la vida de la persona y el de la familia.
El gran conflicto es que los pacientes a veces pasan por alto la queja de memoria, piensan que andan un poco distraídos, son los familiares o cuidadores los que se percatan de ese problema, y es por medio de ellos que empezamos a observar esta problemática, que con el paso del tiempo afectará el desempeño de la vida diaria de las personas.
Esta enfermedad neurodegenerativa se diagnosticó por primera vez por el neurólogo Alemán Alois Alzheimer en 1907, es un padecimiento que se produce cuando el cerebro, presenta pérdida neuronal. Esto ocurre primero en el hipocampo (región pequeña del cerebro) o sea en la base central del control de la memoria. Por esta circunstancia, es que la pérdida de memoria regularmente se asocia con las etapas tempranas del Alzheimer.
PERO ¿QUÉ ORIGINA O CAUSA LA ENFEMEDAD DE ALZHEIMER?
En esta enfermedad, el doctor Aragón 2007, nos menciona que el intercambio de comunicación entre las células nerviosas se ve comprometido debido a la pérdida de conexiones entre las células nerviosas que surgen por la disfunción neuronal y la muerte de las neuronas, esta enfermedad primeramente ataca al hipocampo, la estructura profunda del cerebro involucrada en el conocimiento y la memoria.
Los investigadores han descubierto placas, nudos y parches de células muertas que existen en la parte exterior de las neuronas del cerebro.
También creen que las neuronas en el hipocampo mueren cuando se acumula una proteína llamada beta-amiloide, lo que hace creer que esta proteína es toxica para las neuronas cuando se libera de la sustancia que la origina.
Normalmente inicia después de los 50 años y representa aproximadamente 60% del total de las demencias.
Aunque es importante mencionar que existe una pérdida gradual y real de la memoria que es esperable con el paso de los años, más no se define como demencia.
Se manifiestan tres etapas de la evolución de la enfermedad (Lishman, 1978)
La primera, (llamada amnésica); se observan fallas en la memoria reciente con problemas para almacenar nueva información, desorientación de lugares, olvido de palabras en el lenguaje cotidiano, dificultades en el cálculo y cambios frecuentes en el estado de ánimo.
La segunda etapa (confusional) las funciones intelectuales se ven alteradas, se modifica la expresión verbal, se afecta la capacidad de movimientos ya aprendidos, también se deja de reconocer con los sentidos, el deterioro de la personalidad se ve afectado en el juicio y la capacidad de pensamiento abstracto.
La tercera (demencial); se manifiesta un grave deterioro intelectual y conductual, se pierde todo contacto con la realidad, no se logra reconocer a familiares ni a la persona misma, hay descontrol de esfínteres, lenguaje casi nulo, postración de la persona en cama y dependencia total.
La causa de la enfermedad de Alzheimer por el momento es desconocida, algunas pruebas precisas como son test cognitivos, pruebas de memoria o entrevistas estructuradas etc. nos pueden arrojar resultados de que puede existir algún indicio de estar presentando la enfermedad.
Se pueden sumar algunos estudios más específicos como resonancia magnética, tomografía computarizada o estudios de orina y de sangre a veces necesarios para poder dar un diagnóstico más completo al paciente y a los familiares.
En las etapas finales del Alzheimer, la mayoría de las personas permanecen en cama y se vuelven dependientes por completo de los familiares o cuidadores.
Algunas señales de alerta:
cambios de memoria,
dificultad para planear y resolver problemas.
dificultad para desarrollar actividades cotidianas,
dificultad para comunicarse,
disminución del buen juicio,
cambios de humor y personalidad.
En muchas ocasiones, el que cuida y apoya al enfermo de Alzheimer es un cuidador informal, ya sea alguna hija o esposa pues a las mujeres se les ve como las responsables del cuidado del hogar, por lo tanto, se les etiqueta que son ellas las que “deben” cuidar a la persona enferma.
Más allá, del sentimiento que produce saber que tenemos a un familiar con este padecimiento es importante expresar nuestras emociones, es una de las necesidades básicas y demostrables del ser humano, me refiero a la pertenencia de sentirse “conectado” con el enfermo. Las vivencias y los recuerdos que pueden existir hasta que el olvido total aparezca, eso es con lo que nos quedamos los que acompañamos a una persona con este padecimiento, el estar hasta el último momento, no será tarea fácil aceptar la progresión de la enfermedad, sin embargo, podremos aprovechar todo momento lucido del enfermo para expresar todo lo que queramos decirle.
Si bien, la familia entiende que tarde o temprano se irá su ser querido, no debe perder la oportunidad de compartir el amor, el cariño y el acompañamiento del otro, y así, aprovechar la relación y fortalecer los vínculos afectivos.
¿EXISTE ALGO PARA PREVENIR ESTA ENFERMEDAD?
Aún no, no existe evidencia de que haya algo que revierta la enfermedad, sin embargo, llevar una buena alimentación como la dieta mediterránea, mantener un peso saludable, hacer ejercicio, evitar fumar, cuidar la salud mental y ejercitar las habilidades cognitivas o sea retar a tu cerebro, hacer cosas diferentes (por ejemplo, leer, estudiar un idioma, pintar, hacer manualidades etc.) pueden ser factores que influyen para conservar por más tiempo las funciones cognitivas.
A modo de conclusión, podemos decir que la familia juega un papel fundamental en la atención y cuidados del enfermo, al comprender que esto puede conllevar conflictos familiares pues aún existe mucho desconocimiento de la enfermedad, y por lo tanto, a veces no sabremos como actuar y que hacer. Podría concluir que será la piedra angular de un andar de sufrimiento.
Erik Erikson nos hace notar sagazmente que aquel que ha pasado por triunfos o fracasos inherentes al ser, el que ha originado a otros seres y dado vida a otras ideas, gradualmente va integrando y madurando las etapas de su ciclo; adquiere un orden del mundo y un orden espiritual; acepta su ciclo vital completo y el de su compañero y defiende la dignidad de su vida hasta el final.
Sabe que su ciclo es sólo un pedazo de su historia, que el estilo de su vida y de su sociedad son el patrimonio de su alma.
Bibliografía:
Aragón, J. (2007). Antienvejecimiento cerebral. Costa Emic Editores. P. 132, 133.
Lishman, W. A. (1978). Organic Psychiatry. Londres: Blackwell Scietific Publishers.